¿ En Bien de la Medicina ? - II


En nuestra nota anterior empezamos a comentar acerca del respeto a los cadáveres en la perspectiva del “negocio” a propósito de un cadáver que tuve el dolor de ir a identificar hace algunos años en el SEMEFO de la Ciudad de México.

¿Desde cuándo el hombre descubrió la posibilidad de hacer negocio con los cadáveres de las personas? Seguramente desde siempre, pero en forma clara y definida dicho “negocio” nos llevaría obligadamente al caso criminal clásico de los Sres. William Burke y William Hare allá en Escocia por los años de 1828 cuando la necesidad y el alcohol los volvió “proveedores” de los médicos de Edimburgo que llevaban a cabo disecciones y terminaron por convertirse en una red de asesinos para satisfacer la “demanda”. Pero acerquémonos a tiempos más recientes, los nuestros, haciendo referencia al gran escándalo de esta materia en semanas anteriores, con serias repercusiones en los EUA y escasas en el vecino país del sur aunque ambos estamos vinculados en el penoso asunto.

“De los aproximadamente 10,000 ciudadanos norteamericanos donantes de su propio cuerpo que esperan dignamente se utilicen sus cuerpos en bien del avance de la medicina a través de los estudios anatómicos de las escuelas de medicina u hospitales, ninguno sospecharía que sus cuerpos irían a dar mezclados y retorcidos entre fierros y plástico después de ser utilizados para diferentes pruebas de accidentes automotrices, volados en pedazos junto a nuevos modelos de minas antipersonales u otro tipo de artefactos y armas probadas por los militares. Estamos seguros que ninguno de los donantes imaginó ser cortado y serruchado en pedazos para que las partes fueran enviadas a diferentes lugares del país y del extranjero”, denuncia la nota reciente del NY Times.

Coincidimos en que a pocos nos gustaría terminar “encajonados” en filas de torsos decapitados y sin extremidades, sólo para ser objeto de un seminario de entrenamiento médico o de capacitación de técnicos en algún centro de seminarios de hotel o local rentado para el efecto. Esta circunstancia que parece repetirse cada vez más frecuentemente, es la base de una nueva, lucrativa y poco conocida “industria”.

En el escándalo mencionado, el proveedor del “Programa de Donación de Cadáveres” en la Escuela de Medicina de la UCLA (Universidad de California en Los Ángeles) ah sido suspendido de su empleo y sujetado a una investigación criminal por haber hecho del programa su propio negocio. Dicho programa está suspendido también después de funcionar durante 50 años. Nos enteramos que el señor E. V. Nelson, que dispuso de cientos de cadáveres seccionados en partes y a lo largo de los últimos seis años los vendió a clientes que los solicitaban en cien instituciones particulares diferentes, tanto farmacéuticas como de investigación y de capacitación. El servicio de Nelson funcionaba a cambio de elevadas cantidades de dinero: un cadáver íntegro lo vendía –barato– en 1000 dls, pero seccionado en partes (como los autos viejos) los precios iban de 500 dls por una cabeza, 400 dls por una córnea, 5000 dls por un torso, 3500 dls por una columna vertebral, 7000 dls por una válvula cardiaca, piel a 1000 dls el metro cuadrado, etc. ¿Qué requiere usted?

Se menciona que una cierta compañía farmacéutica pagó 4000 dls por un juego completo de uñas de las manos y de los pies, habiéndose calculado que así, desmembrado(a) un cadáver puede producir hasta 200 000 dólares y, amables lectores, sorpréndanse: “la demanda rebasa por mucho a la oferta”. Piel para quemados, colágena para artistas de Hollywood, tendones y rodillas para deportistas de alto rendimiento, cráneos y huesos para ortopedia, vísceras y glándulas para obtención de distintos medicamentos, para cirugía de transplantes… ¿Hasta dónde llegará este asunto en estos tiempos de la post-modernidad?

En el ambiente médico-farmacéutico el asunto del negocio con cadáveres y/o sus partes, se comenta desde tiempo atrás en voz baja y en los pasillos, a nadie le gusta hablar de ello, han dicho varios médicos, entre ellos el Dr. Youngner del Departamento de Bioética de la Universidad Case Western Reserve… y nos preguntamos “¿Qué dirán los rimbombantes Programas de Bioética en la República Mexicana, incluyendo el de la SSA? ¿Cómo andará nuestra legislación actual?”.

“Detrás de este gran negocio existe ya una extensa e invisible red de agentes funerarios, proveedores, transportistas, servicios de carga, procesadores y facilitadores”. Una verdadera “mafia de los cadáveres”. En el escándalo de la UCLA se habla de pagos hasta de 700 000 dls para permisos de acceso a donde estaban guardados 800 cadáveres en congelador, esperando su turno para ser desmembrados… por supuesto los acusados de este delito, se defienden señalando que los altos jefes de la universidad sí conocían del “negocio”.

Horroroso, sí, es todo esto, pero se vuelve verdaderamente escalofriante para nosotros cuando recordamos, a ésta nuestra sociedad mexicana tan proclive a la amnesia social, la denuncia de hace 20 años en la Universidad Autónoma de Chihuahua -enero de 1983-, cuando “el Procurador de Justicia del Estado ordenó que se investigara a fondo la extirpación ilegal de córneas y retinas a los cadáveres que llegaban a los anfiteatros de la Facultad de Medicina y al Hospital Central y el tráfico de las mismas para ser vendidas a elevadas sumas en dólares en los EUA”… ¡Qué flaca es la memoria del hombre! Y lo peor:
En el escándalo de referencia de la mafia de cadáveres en la UCLA, ha quedado implicada la desaparición del alumno de nuevo ingreso Michael Negrete, con conexión a dicha mafia así como también la desaparición de personas sin hogar en barrios marginales del centro de Los Ángeles, vinculados a “la infinidad de clínicas transfronterizas en el área –se habla de 17– especializadas en el lavado de partes de cadáveres y de órganos obtenidos ilegalmente vía el secuestro de niños mexicanos a lo largo de la frontera México-EUA para ser transplantados a pacientes ricos de la Unión Americana en clínicas de Tijuana, Ciudad Juárez y Laredo.”

Dolorosamente, preguntaríamos a quien corresponda ¿Por qué se habla tanto de las muertas de Juárez y nada de los niños de Tijuana? Entre a www.aztlan.net/organs.htm, piense… y llore.